domingo, 6 de septiembre de 2020

 


Luisito Maldonado ( Palole el gran cuatrista peñolano )

“ Si se calla el cantor calla la vida…porque la vida es un canto “

Por: Myriam Enid Rodríguez Hernandez

 

Obrero  de la música y  defensor incansable de nuestro  instrumento nacional , el cuatro puertorriqueño nuestro querido  Luisito  o  Palole  comienza su jornada musical siendo apenas un niño . Nace en el barrio Jaguas de Peñuelas,  en las entrañas de nuestros campos  como buen  jibaro un 8 de julio del año 1943.   Además  toca el tiple,  pasión  que  heredó de su padre  don Damián Maldonado.  Comenzó a mostrar interés en la música;  inclinación que su progenitor aprovechó para enseñarle sus primeras  acordes en la guitarra y las primeras notas en  el cuatro puertorriqueño.

Comienza desde  muy joven  en la música típica.  En sus años mozos ya tocaba promesas y se empezó a dar a conocer en su amado pueblo de Peñuelas.  Allá para el año  2000  funda el conjunto típico  musical  Voces del Flamboyán   y se convierte en uno de los preferidos por los trovadores para acompañarse en sus improvisaciones e interpretaciones. Luisito  es un verdadero amante y defensor de la cultura puertorriqueña. Su conocimiento y compromiso a la música tradicional puertorriqueña no tiene rival.  Maestro dominante del instrumento nacional, tanto como del tiple y la guitarra ,  impresiona a todos  por su gentileza y humildad .

Por 22 años su conjunto musical llevó la voz cantante en la Promesa a los Tres Santos Reyes de la familia Albino del barrio Tallaboa Alta de Peñuelas,  siendo la trovadora principal su hermana,  Aurea Maldonado “ La Alondra de las Jaguas “. A parte de esa promesa participó en más de 22 promesas cada año. 

En la actualidad sigue deleitándonos con su música pero a través del grupo Promoviendo la Cultura bajo la dirección del maestro Gerald Cruz..  Se encuentra un poco aquejado de salud pero no ha sido impedimento alguno para seguir llevando ese aguinaldo de tierra adentro,  esa décima que brota allá desde la cascada La Soplaera,  desde donde se escriben sueños y quimeras.  Ese aguinaldo sanador,  que se funde con el canto lastimero del sinsonte y el ruiseñor, no callará jamás mientras las cuerdas del cuatro sonoro de Luisito sigan gritando a viva voz que mientras haya cultura y tradiciones nuestro pueblo no morirá jamás.